UNA APROXIMACIÓN CONTEMPORÁNEA A EL MALESTAR EN LA CULTURA DE FREUD

Por: Mabel Zaves

RESUMEN

En el presente trabajo, se analiza la obra de Freud El malestar en la cultura, publicada a partir de un ensayo homónimo. El autor describe el malestar que se genera en el inconsciente individual y colectivo por el resto de pulsión que queda latente, debido a las normas coercitivas y de control que emanan de la cultura. En sus explicaciones, utiliza los tres pilares básicos del Psicoanálisis: (i) el yo, (ii) el superyó y (iii) el ello, pasando de lo individual a lo colectivo. Este libro tiene una valoración positiva en la actualidad por la vigencia de las ideas y su aplicación práctica, a pesar de las dudas mostradas por el autor cuando lo escribió.

PALABRAS CLAVE: MALESTAR, CULTURA, PSICOANÁLISIS, INCONSCIENTE, SUPERYÓ ABSTRACT

On the current work, the Freud’s book Civilization and its discontents published from an essay of the same name. The author describes discontents generated on the inconscient individual and collective from the remaining latent rejection, due to the coercive and control rules emerging from the culture. Three basic Psycho-analysis pillars are used on his explanation, such as: (i) the ego-instinct, (ii) the super-ego and (iii) the object-instinct, going from the individual to the collective. This book has positive reviews currently based on its practical applications and valid ideas, in spite of the author doubts expressed by the time it was written.

KEYWORDS: DISCONTENTS, CULTURE, PSYCHO-ANALYSIS, INCONSCIENT, SUPER-EGO

I. INTRODUCCIÓN

Se realizará un acercamiento a las ideas freudianas del malestar en la cultura, que tomaron consistencia en Freud en su último periodo vital, en un intento de aplicar su teoría psicoanalítica a los problemas que venía observando en la sociedad de su tiempo, como se pretende demostrar.

En este acercamiento, el filósofo alberga ciertas dudas de partida, al considerar que está tratando un tema conocido por todos, de malgastar tiempo y consumir inútilmente papel y tinta. Duda, además, de que estas aportaciones vayan a ser genuinas para la sociedad del momento. No obstante, publica el libro El malestar en la cultura a partir de un ensayo homónimo, sin llegar a imaginar que esta obra pudiera tener éxito en el futuro, como ha sucedido, partiendo de un original considerado dudoso y sombrío.

El autor desgrana el objetivo último del individuo en sociedad, traducido en alcanzar la felicidad, concepto difícil de atrapar y resbaladizo, debido a las exigencias que le plantean las relaciones sociales. El hombre ha conseguido dominar la Naturaleza y realizar grandes avances culturales que le están creando cierto grado de frustración, cierta hostilidad frente a la cultura, cuyo resultado es el desarrollo de la agresividad.

En esta obra, Freud habla de los tres pilares básicos de su Psicoanálisis: el yo, el superyó y el ello, intentando dar el paso desde lo individual hasta lo colectivo para establecer los mecanismos de control de la agresividad utilizando las normas emanadas de la cultura, como se demostrará en esta aproximación.

II. UNA APROXIMACIÓN CONTEMPORÁNEA

Sigmund Freud sintió desde muy jovencito una curiosidad fuera de lo habitual por todos los aspectos relacionados con la cultura humana, naciendo de sus sueños infantiles la idea de llegar a ser un estadista o militar de primer nivel y por las relaciones que había tenido con los otros, especialmente complejas por la composición de su familia (Wollheim, 1973).

Estas ideas primigenias fueron tomando forma y desembocaron, en su última etapa vital, en la elaboración de un ensayo donde insistía en la posibilidad de aplicar de una forma práctica su Psicoanálisis a los problemas planteados por los individuos en sus relaciones sociales (Gómez 2013, 11):

(…) desde una triple perspectiva: como un método terapéutico, como una teoría psíquica y como un método de estudio de aplicación general, susceptible entonces de consagrarse al análisis de las más variadas producciones culturales, dando lugar a lo que él mismo denominó “psicoanálisis aplicado”.

Fue el propio Freud quien describió sus impresiones sobre el contenido de su ensayo El malestar en la cultura a uno de sus contemporáneos de una forma ligera y sin darle la mayor importancia al texto, considerando que en él abordaba los problemas de la civilización, el sentimiento de culpa, la felicidad y otros temas similares. Sin embargo, hubo analistas que valoraron este libro como una composición muy completa, donde vertió sus opiniones sobre sociología. A pesar de la sensación agridulce que le transmitía, fue un libro que se vendió bastante bien (Sheppard, 2019).

En el abordaje de este malestar en la cultura, se van a descubrir algunas de las ideas que contribuyeron a afianzar las aportaciones realizadas. Se señala, que para que las instituciones sociales funcionen, se tienen que constituir colocando a alguien al mando, que sustituya al padre y que sea aceptado por una masa social suficiente, capaz de generar una corriente favorable que cohesione al grupo (Gerber, 2005). De tal forma se crearía un sometimiento de las personas por amor al amo, interpretado como el reconocimiento de la autoridad emanada de la cultura. Al ser un elemento esencial de su reflexión política, encaminada a la revelación de los mecanismos inconscientes que facilitarían el ejercicio del poder, con el objetivo de lograr la felicidad que se ambiciona y avala ese poder. Esta idea constituiría la génesis del dominio social y de las leyes de sumisión.

En ese sentido, el Psicoanálisis mantiene su vigencia en la aplicación a los hechos sociales, ya que demuestra una gran plasticidad para interpretar los cambios culturales del último siglo, gracias a los conceptos de pulsión y libido, así como a sus fluctuaciones y las relaciones con la sublimación del yo en el destino cultural e histórico (Vucínovich et al 2011, 506):

Mediante estos conceptos es posible hacer una lectura psicoanalítica de las creaciones del sujeto, de sus construcciones culturales; de su lugar y malestar en la cultura. Libido, pulsión y sublimación son conceptos que tienden un puente entre lo corporal y lo cultural.

Así, al utilizar el concepto de pulsión, las teorías psicoanalíticas penetran el campo reservado a la cultura, dando justificación a las tesis freudianas sobre la civilización y el diagnóstico de la existencia de un cierto malestar latente en las sociedades modernas, derivado de los productos salidos de ellas.

No hay que perder de vista que el hombre en sociedad intenta superar las tres fuentes de sufrimiento que le amenazan: el sometimiento a la Naturaleza, el que le inflige su propio cuerpo y el derivado de las relaciones sociales y amorosas con los otros. Las soluciones que aplique en su vida diaria van a depender de cómo maniobre la persona con sus pulsiones, teniendo que contenerlas en mayor o menor medida, llevándole a la represión, a la sublimación o al delirio. En definitiva, a generarle ciertas dosis de malestar.

Desde este punto de vista, surge y se mantiene la cultura al producirse un pacto que viene a significar que la fuerza bruta individual se somete al poderío de la comunidad, al considerarse que la unión dará como resultado una fortaleza mayor a la que poseen los individuos por separado. De aquí surge el sometimiento de los sujetos al superyó cultural, produciéndose un efecto rebote en la pulsión del ello, cuyo resultado será la aparición del malestar y su consecuencia, la agresividad hacia el yo. A partir de ahí se va a producir un bucle que se retroalimentará desde el yo hacia el superyó, como conciencia moral, de efectos imprevisibles por la pulsión latente del ello y que desembocará nuevamente en más agresividad hacia el yo (Merlín, 2012).

Este proceso conllevará un aumento de tensión entre la severidad del superyó y el yo subordinado, dando lugar al desarrollo del sentimiento de culpa, donde en la propia manifestación estará la necesidad de castigo. “Por consiguiente, la cultura domina la peligrosa inclinación agresiva del individuo debilitando a éste, desarmándolo y haciéndolo vigilar por una instancia alojada en su interior, como una guarnición militar en la ciudad conquistada” (Freud 2013, 124). Este sentimiento de culpa se manifestará como un temor ante la posibilidad de perder el amor, surgiendo la llamada angustia social. Entonces, se producirá la escisión entre una multitud unida por el amor o intereses comunes, frente a otra que queda fuera; siendo esta última el objeto de la agresión, sin que estas dos partes en que queda dividida la sociedad puedan integrarse (Barredo, 2017).

En la sociedad contemporánea, la mencionada escisión estaría en la polarización que se da, por ejemplo, en la violencia de género o en la aplicación de algunas de las leyes aprobadas, donde el yo sublimado responde a la pulsión del ello de una forma irrefrenable y haciendo caso omiso al superyó, sin importarle las consecuencias que se deriven de su acción para el yo. Aspecto subyacente por ser la pulsión de muerte más fuerte que la pulsión de vida, identificadas por Thanatos y Eros, respectivamente.

De aquí puede deducirse que la cultura en nuestra sociedad opera a partir de una serie de normas que siempre van a generar un resto en los sujetos en forma de pulsión del ello, donde la acción quedará oculta en el inconsciente colectivo e individual. Esta circunstancia se deriva de las propias normas generales de la cultura, al no controlar todas las singularidades propias de determinados colectivos que no se sentirán representados por esas normas (Montalbán-Peregrín, 2012). Alimentando un resto de pulsión en el inconsciente colectivo e individual del ello, oculta al superyó y al yo, que puede llegar a tener consecuencias imprevisibles en el futuro.

En cualquier caso, se podría afirmar que la sociedad de este siglo, ya no es una sociedad que solo prohíba, sino que está mutando. Ha pasado de utilizar solo normas coercitivas a utilizar normas de control, que se mueven más bien en la ambigüedad existente actualmente entre el superyó individual y colectivo (Campodónico 2017, 40):

Ya no hay entonces un significante amo que ordene, que prohíba, que reglamente la satisfacción y las buenas costumbres; más bien, en el lugar dominante o “brújula de la civilización de hoy” tenemos el objeto a, en tanto “plus de goce”, objeto que tapona la pérdida y nos invita al consumo sin límites.

Aunque el superyó estará presente como autoridad, vigilando e intentando limitar la acción del yo en la medida de lo posible, de forma que los individuos puedan vivir en sociedad de una manera más o menos pacífica. Freud considera que la cultura debe poner trabas y frenos a la vida en sociedad para que ésta no se desintegre (Ponce, 2018). De su experiencia con los pacientes en la clínica, le quedaba claro que el hombre es un ser que tiende a la violencia, a la agresión hacia los otros, generando conflicto y haciendo necesario que la cultura cree trabas y normas, aplicadas de forma práctica por el superyó sobre el yo, individual y colectivo.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el superyó cultural, se está volviendo cada vez más benevolente para frenar a la masa social, al crear su yo un sistema normativo ambiguo frente al todo vale, quedando necesitado de un freno más efectivo, contaminando de esta forma la convivencia de los individuos en sociedad. No obstante, esta idea está más próxima a las tesis de Freud sobre el control a ejercer por la cultura, que debería garantizar ciertas dosis de felicidad al hombre que vive en sociedad, evitando un control excesivo y asfixiante.

Por otro lado, la práctica del todo vale se ha visto agudizada con el desarrollo de la tecnología del yo y la aparición masiva de imágenes sin unas normas culturales claras, cuya consecuencia ha sido la distribución desterritorializada y el nacimiento del concepto de cibercultura; instalando un nuevo tipo de malestar en el yo, sin control y más allá de las fronteras entre países (Fonseca, 2019).

Se puede decir que, el malestar descrito por Freud como resultado de imponer la cultura a las pulsiones humanas en la sociedad contemporánea se ha visto ampliado a la tecnología de un yo insatisfecho, mientras intenta alcanzar los estándares cambiantes de la moda. Sucede al existir un yo presionado por la gran pulsión del ello y un superyó confuso por la laxitud o inexistencia de normas de control debido al problema de globalización de estas nuevas tecnologías.

III. CONCLUSIONES

En los apartados anteriores, se han comentado y seleccionado algunas intertextualidades correspondientes a la obra analizada de Freud: El malestar en la cultura. Análisis complementado con los trabajos de otros autores contemporáneos. En este último apartado, se incluye una síntesis de las fuentes utilizadas junto a las valoraciones necesarias para comprender el alcance y entidad del funcionamiento de los tres pilares básicos del Psicoanálisis: el yo, el superyó y el ello, como “psicoanálisis aplicado” a la sociedad.

Sus teorías partían de la experiencia con los pacientes, permitiéndole comprobar que el hombre tiene tendencia a la violencia y la agresión, haciendo necesario que la cultura cree trabas y normas para facilitar la convivencia y evitar que la sociedad se desintegre. Normas que han pasado de una función coercitiva a otra de control, generando un superyó más laxo, debido, entre otras razones, al respeto a los Derechos Humanos y la diversidad cultural, posición también más cercana a las tesis de Freud.

Se puede concluir, por tanto, que sus teorías psicoanalíticas siguen teniendo vigencia actualmente, ya que a pesar de las normas de control impuestas por el superyó, queda un reducto de pulsión del ello que escapa de ese control, generando malestar en el yo. Quedando así demostrado que es correcta la aplicación de los tres pilares básicos del Psicoanálisis de Freud a nivel colectivo, dando justificación a la necesidad de unas normas mínimas de control de la cultura para garantizar la convivencia de los individuos en sociedad.


IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barredo, H. (2017): “Reflexiones sobre El malestar en la cultura”, Controversias en Psicoanálisis de Niños y Adolescentes, nº 21, pp. 205-211.

Campodónico, N. M. (2017): “El malestar en la cultura en la actualidad”, 6º Congreso Internacional de Investigación de la Facultad de Psicología (UNLP), pp. 39-48.

Fonseca, V. (2019): “Selfie: Tecnología del yo en el capitalismo tardío y el nuevo malestar de la cultura”. Revista Inclusiones. Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, Volumen 6, Número Especial, Octubre-Diciembre, pp. 17-38.

Freud, S. (2013): El malestar en la cultura, (trad.) Ramón Rey Ardid, Madrid: Alianza Editorial.

Gerber, D. (2005): El psicoanálisis en el malestar en la cultura, Buenos Aires: Editorial Lazos.

Gómez, C. (2013): “Introducción: Aporías de la cultura”. En Freud, S. (2013) El malestar en la cultura, Madrid: Alianza Editorial.

Merlín, N. (2012): “El contrato social y el malestar en la cultura”. Revista Universitaria de Psicoanálisis, nº 12, pp. 229-242.

Montalbán-Peregrín, F.M. (2012): “Pesimismo freudiano: salud mental y malestar en la cultura”. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, vol. 15, nº 3, pp. 497-511.

Ponce, M. F. (2018): “Sobre el concepto de cultura en El malestar en la cultura (1930) de Sigmund Freud”. SSRN Social Science Research Network, June, 18, pp. 1-15.

Sheppard, R. (2019): Freud. El hombre, el científico y el nacimiento del psicoanálisis, (trad.) Juan Carlos Postigo Ríos, Madrid: Ediciones Oberon.

Vucínovich, N., Romero, R., Poves, S., Otero, J. (2011): “Otra época, otro malestar en la cultura: vigencia del psicoanálisis como crítica social”. Revista de la Asociación Española de Psiquiatría, nº 31 (111), pp. 505-511.

Wollheim, Richard. (1973): Freud, (trad.) Daniel Quesada, Barcelona: Ediciones Grijalbo.

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