MARIO LUZI: TRES POEMAS

La Closerie des Lilas
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Mario Luzi nació en Castello, Florencia, en 1914. Residió en Siena algunos años de su infancia. En 1929 regresó con la familia a la capital toscana, donde tiempo después se graduó en Letras Francesas presentando una tesis sobre François Mauriac.

Su iniciación literaria coincidió con el nacimiento de la corriente que tanto habría de influir no sólo en la poesía italiana, sino también en la hispanoamericana: el hermetismo.

Publicó sus primeros poemas en Frontespizio y Campo di Marte, influyentes revistas florentinas de vanguardia, al lado de Piero Bigongiari, Oreste Macrí, Eugenio Montale, Salvatore Quasimodo, Sandro Penna, Vittorio Sereni, Alfonso Gatto, Leonardo Sinisgalli, Carlo Bo y tantos otros relevantes protagonistas empeñados en abrirse a todas las tendencias y experimentaciones realizadas en otras literaturas contemporáneas, y de darle a la literatura italiana un carácter universal. Prueba de ello es la enorme labor de traducción desarrollada por Luzi y casi todos los poetas de su generación.

La obra poética de Mario Luzi presenta dos grandes fases que, grosso modo, divide la publicación de En el magma, el controvertido libro que apareció en 1964. Después de una serie de libros de poemas en los que predominaba el tono «hermético» —el de la llamada poesía pura, tan preñada de profundas reflexiones identificadas con una exigencia moral y una forma concorde con un refinamiento espiritual, tan semejante en esto a Luis Cernuda—, En el magma desemboca también en un estricto paralelismo entre vida y poesía, pero ahora adoptando un discurso descarnado y polémico, abierto a un intenso y desesperado deseo de comunicación en medio de la bancarrota humana. En su más reciente libro de poemas, Para el bautismo de nuestros fragmentos,2 parece haber terminado la esperanza de comunicación con los demás y el poeta deja de lado cualquier tipo de discurso aseverativo por el interrogativo. En este nuevo coloquio los interlocutores últimos son la inteligencia y el corazón.

«La noche lava la mente»

La noche lava la mente
Somos aquí más tarde, bien lo sabes,
hilera de almas, sobre la cornisa,
quién presto al salto, quién casi encadenado.
Alguien sobre la página del mar
traza un signo de vida, fija un punto.
Rara vez aparece una gaviota.

Mario Luzi
De: «Honor de la verdad» – 1957
Traducción de Francisco Deco
Ed. Linteo – Poesía – Edición bilingüe – 2012©
ISBN: 978-84-96067-80-6

Poema original en italiano:

«La notte lava la mente»

La notte lava la mente
Poco dopo si è qui come sai bene,
fila d’anime lungo la cornice,
chi pronto al balzo, chi quasi in catene.
Qualcuno sulla pagina del mare
traccia un segno di vita, figge un punto.
Raramente qualche gabbiano appare.

Mario Luzi
De: «Onore del vero» – 1957

«A mi madre desde su casa»

Tu casa vieja y gris me acoge,
tumbado boca arriba en una cama estrecha,
quizá por muchos años tuya. Escucho,
cuento las horas que tan lentas pasan,
más lentas por las nubes que atraviesan
estas noches de agosto en tierra avara.
Alguien que de los campos
vuelve tarde en la noche
intercambia cansadamente
un gesto con los otros,
toma la cuesta, el callejón,
desaparecen en su tugurio. El aire
del siroco trastorna los sueños,
agita a los enfermos y reclusos.
No duermo, sigo el paso noctámbulo,
acaso un loco o un joven tarado,
resonando en las piedras;
suelto y retomo mi carga servil
y desciendo, desciendo hasta lo más
profundo en este tiempo, en este pueblo.

Mario Luzi
De: “Honor de la verdad” – III – 1957
Traducción de Francisco Deco
Linteo Poesía – Edición bilingüe – 2012©
ISBN: 978-84-96067-80-6

Poema original en italiano:

«A mia madre dalla sua casa»

M’accoglie la tua vecchia, grigia casa
steso supino sopra un letto angusto,
forse il tuo letto per tanti anni. Ascolto,
conto le ore lentissime a passare,
più lente per le nuvole che solcano
queste notti d’agosto in terre avare.
Uno che torna a notte alta dai campi
scambia un cenno a fatica con i simili,
infila l’erta, il vicolo, scompare
dietro la porta del tugurio. L’afa
dello scirocco agita i riposi,
fa smaniare gli infermi ed i reclusi.
Non dormo, seguo il passo del nottambulo
sia demente sia giovane tarato
mentre risuona sopra pietre e ciottoli;
lascio e prendo il mio carico servile
e scendo, scendo più che già non sia
profondo in questo tempo, in questo popolo.

Mario Luzi
De: «Onore del vero» – Venecia, 1957

«El pescador»

Viene gente por mar. Gente en silencio
pasa junto al costado de los barcos,
se sobresalta con el choque del atraque.
La brisa
de inicios de verano vuela bajo, roza
las cortinas, la hierba, agita los cabellos.
Es el alba y la hora en que se sacan las redes,
hora que un temblor de espera
e incertidumbre luminosa bulle
de casa en casa, crea vacíos e imágenes
que mirados de cerca se disuelven
raudos sobre los árboles, más allá de los puentes.
Tiempo suspendido de algo entre oscuro
y manifiesto cuando parece cierto
que la verdad no está en nosotros sino en un secreto
o en un milagro próximo a mostrarse,
tiempo que engaña al hombre y si suscita esperanza,
es la esperanza de un prodigio.
La angustia hace extrañas y remotas
las sombras en la playa
y en la arena mojada que examino
entre perchas y mástiles enanos.
Perdóname, es propio de lo humano
buscar en lo secreto, como hago,
aquello que es para nosotros
próximo, humilde, verdadero,
o bien en parte alguna. Acerco el rostro,
miro con ansiedad al pescador
que está llegando a la escollera y trae
de la mar lo que ésta le permite,
pocos dones, de su perpetuo afán.

Mario Luzi
De “Honor de la verdad”
Versión de Francisco Deco
Ed. Linteo 2012©
ISBN: 978-84-96067-80-6
Poema original en italiano

«Il pescatore»

Viene gente per acqua. Gente muta
rasenta le murate delle navi alla fonda,
si riscuotono all’urto dell’attracco.
Il soffio
Di prima estate vola basso, sfiora
le tende, l’erba, eccita i capelli.
È l’alba ed è anche l’ora che si tirano le reti,
ora che in un brivido d’attesa
e d’incertezza luminosa guizza
di casa in casa, crea vuoti ed immagini
che se guardi da presso si dissolvono
rapidi sopra gli alberi e oltre i ponti.
Tempo sospeso ad alcunché tra oscuro
e manifesto quando pare certo
che il vero non sia in noi, ma in un segreto
O un miracolo prossimo a svelarsi,
tempo che illude gli uomini e se desta
speranza é la speranza di un prodigio.
L’inquietudine fa remote,
strane le ombre là sulla battigia
e sulla rena umida che scruto
tra queste antenne e questi alberi nani.
Perdonami, é parte dell’umano
cercare come fo in luoghi arcani
quel ch’e prossimo a noi umile e vero
oppure in nessun luogo. Tendo il viso,
seguo con gli occhi ansiosi il pescatore
mentre viene sul frangiflutti e reca
dal mare quel che il mare lascia prendere,
pochi doni, del suo perpetuo affano.

Mario Luzi
De: «Onore del vero»

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