LOS VERSOS DE UN CORAZÓN EN PROINDIVISO

Libro Esencial

Por: Francisco Delgado-Iribarren Cruz

La teoría jurídica enseña que existe proindiviso cuando la propiedad de un bien o de un derecho pertenece a varias personas. Condominio, copropiedad y comunidad de bienes son otras tres formas de referirse al proindiviso. Proindiviso es el título del primer poemario publicado por Isabel Ramos Calvente (Editorial Círculo Rojo, agosto de 2021). Podemos deducir, aun a riesgo de equivocarnos, que la poetisa considera que su poemario pertenece conjuntamente a varias personas. Como su corazón, como su alma.

La ópera prima de esta poetisa madrileña, pero de raíces andaluzas, licenciada en Psicología, cuenta con 68 poemas distribuidos en seis apartados:

1) De la primavera, la flor; del otoño, la luz. (13 poemas)

2) A favor de la memoria. (10)

3) Del amor la llama, del desamor la luz que se apaga. (24)

4) Lo temido: la guerra, el dolor sin sentido. (6)

5) Del poeta la poesía. (6)

6) Otros poemas. (9)

No es de extrañar que el epígrafe que más poemas atesore sea el que se refiere al amor y al desamor, pues el poemario es un mapa emocional, un paisaje sentimental del corazón de la artista. La poetisa reflexiona sobre el amor desde la atalaya de la madurez, lo cual no significa, por supuesto, que no sea vulnerable ante los caprichos y estragos de Cupido. No hay edad que nos salve de la flecha, envenenada o no, del angelito del amor romántico. Por eso se permite estos dos ingeniosos endecasílabos, que juegan con las palabras y recuerdan a los tormentos de amor de cualquier adolescente:

quien yo quiero no quiere acariciarme
y a quien me quiere acariciar no quiero.

Para Isabel el ciclo del amor se asemeja al ciclo de las estaciones, y por eso arranca el poemario reflexionando sobre estas, dejándonos claro cuáles son sus dos preferidas: la primavera y el otoño. Y es que el corazón de Isabel no se refleja en el bochorno del verano ni en la gelidez del invierno, sino en los entretiempos, “en la vacilación y en los matices”, como escribió Borges en su soneto Susana Soca (El hacedor, 1960). No es casual que el primer verso del primer poema, Otoñal melancolía, sea una celebración de la llegada del otoño:

Hoy es, por fin, otoño otoño.

En su poema Luminoso consuelo, afirma:

Las mañanas luminosas del otoño
yo me dejo acariciar por el sol.

En Otoño conciliador:

Solo el otoño nos apacigua,

En Otoño sereno:

El otoño derrama sobre el bosque
el elixir de la serenidad.

Isabel R. Calvente celebra y canta el otoño para después celebrar y cantar la primavera. No en vano define esta como un “alter ego” del otoño. No hay loas al invierno ni al verano.

De la primavera la flor (…)
del otoño la melancolía.

***

Deseando que pase el invierno,
deseando siempre primavera.

***

Abril de nuevo
reclama su peaje de poesía

***

Del calor
me rescata el otoño,
me ofrece sorbos de melancolía.
La primavera
me descongela el corazón,
el pulso me acelera…

El otoño y la primavera son para la poetisa las estaciones más propicias para el amor, cuando los sabores, aromas y texturas del amor encuentran su temperatura adecuada.

La segunda sección del poemario se titula A favor de la memoria, cuya batalla perenne contra el olvido es otro de los temas del poemario. Se abre con un homenaje a Esther, que arranca con este nuevo juego de palabras, tan sencillo como trágico:

Se llamaba Esther y ya no está

En El recuerdo, entona el tempus fugit:

Así el amor, así la vida, así la historia:
visto y no visto.

Uno de sus poemas más evocadores, De donde nuestras alegrías, arranca con estos acertadísimos versos que llaman a revisar algunos lugares comunes: “uno es de donde pace”, “uno es de donde hace el Bachillerato”, etc.

No somos de donde nacemos.
Somos de donde nuestras alegrías.

Y remata el poema con otra profunda reflexión y valiente propuesta:

Pienso que somos de donde fuimos sin miedo…

Isabel se muestra escéptica ante supuestos poderes del tiempo:

que casi nada cura y lo transforma casi todo.

Y acaba la sección reconociendo la necesidad del olvido…

Tantos buques oxidados…
varados en el mar de mi memoria (…)
Chatarra náutica.

…pero no cuando aparece como el “ladrón” Alzhéimer, que desvalija toda la casa, porque entonces es “desgracia, sinvivir, putada”.

En el apartado dedicado al amor y el desamor, Isabel sigue licuando en versos el amplísimo abanico de posibilidades del corazón, su infinidad de registros: el deseo, la nostalgia, la melancolía, la soledad, la compañía, el aprendizaje, el error, la pena, la duermevela, el desvarío… Lo hace con sensualidad, con delicadeza, con profundidad espiritual, con sensibilidad, con dramatismo, relacionando lo natural con lo humano… En este sentido, hay temas y versos que recuerdan al Shakespeare de los Sonetos (1609).

Siempre jugando con una amplia variedad métrica, acorde con la variedad cromática del cuadro pintado, Calvente sigue entregándonos endecasílabos rotundos…

Mis ojos son un bosque devastado

***

El manto de la noche nos ampara,
que un cielo tan azul me descoloca.

***

Llanto es el precio de mi libertad
y no veo el momento de pagarlo.

… también algunos sugerentes alejandrinos…

Mis manos, centinelas de juegos infantiles

***

Florecerán mis labios al roce de tus labios

Sigue afrontando las situaciones cotidianas del amor con una gran honestidad:

Hay que parar el juego, recordar quiénes somos
—intereses creados— y la edad que tenemos.

Del apartado de la guerra y el dolor quiero rescatar para esta reseña estos dos endecasílabos:

Se te ha posado un pájaro de frío

***

nadando en versos con la sangre al cuello

En la sección Del poeta la poesía, destaco sin duda el poema P de palabras, un juguete poético que recorre todas las letras del abecedario, dando rienda a la imaginación y al universo personal de la artista.

Y los “otros poemas” comienzan con un Elogio del hogar y acaban con una reflexión teológica, ¡Vive Dios!, en que la autora nos confiesa sus creencias. Es significativo que Isabel Ramos Calvente concluya el pareado final de su poemario administrándonos una dosis de sabiduría cotidiana:

vive sin cuestionarte cada instante,
vive y deja vivir, que ya es bastante.

PROINDIVISO

de Isabel R. Calvente

Colección: Poesía

ISBN: 9788411113328

ormatos: Tapa blanda

Tamaños: 15×21

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