Por: Mabel Zaves

RESUMEN
En el presente artículo, el surgimiento de la influencia dionisíaca analizada está limitada a la obra de juventud de Nietzsche El nacimiento de la tragedia, mientras que la posterior evolución será objeto de análisis en su obra de madurez Así habló Zaratustra, donde quedará patente la transvaloración de valores de su filosofía metafísica. Lo dionisíaco jugó un papel muy relevante en el desarrollo del pensamiento nietzscheano. Por tanto, no fue una idea que permaneciera estática y fue evolucionando y reflejándose a través de las diferentes obras y escritos de Nietzsche.
PALABRAS CLAVE
DIONISÍACO, APOLÍNEO, TRAGEDIA, METAFÍSICA, NIETZSCHEANO
ABSTRACT
In this book, the Dionysian influence eruption analysed is limited to Nietzsche’s youth work, The tragedy birth, while further developments will be subject to analysis within his work at his prime Thus spoke Zarathustra, in which his metaphysical philosophy concepts transformation will be present. Dionysian influence played a key role in the Nietzschean thoughts development. However, this was not just a fixed idea and kept evolving and being reflected throughout the different written pieces of work from Nietzsche’s legacy.
KEYWORDS
DIONYSIAN, APOLLONIAN, TRAGEDY, METAPHYSICAL, NIETZSCHEAN
I. INTRODUCCIÓN
Se va a realizar un acercamiento a las ideas nietzscheanas de lo dionisíaco, que fueron tomando consistencia en el joven Nietzsche a partir de sus estudios humanísticos y filológicos clásicos, que le permitieron contactar con la cultura griega llevándole a considerar que el esplendor de la belleza en las obras de arte y las tragedias griegas estaba en el equilibrio existente entre lo apolíneo y lo dionisíaco. Este primer acercamiento aparece en El nacimiento de la tragedia, que resultó ser su primer tratado filosófico, y que constituye la primera premisa a analizar.
No obstante, las fuerzas dionisíacas evolucionarán hacia una fuerza liberadora del individuo al tomar conciencia de la necesidad de libertad cuando no se está bajo el influjo de una domesticación completa, donde el mundo personal y el social no son estáticos, nutriéndose del empuje de esas fuerzas pluralistas, evolución que supondría una transvaloración de valores que plasma en su obra de madurez Así habló Zaratustra de una forma velada, siendo Zaratustra poseedor de esas fuerzas dionisíacas y apolíneas conjuntamente, como una fuerza liberadora, vital y creadora, constituyendo el hilo conductor de la segunda premisa a defender.
Se realizará un acercamiento a lo dionisíaco en la primera obra citada, como elemento necesario para mantener el equilibrio con lo apolíneo, reflejado en las obras de arte y las tragedias griegas. Nietzsche fue madurando la idea primigenia de lo dionisíaco, que concretará como un elemento único y necesario en la evolución del individuo, subrogándose lo apolíneo a lo dionisíaco hasta el punto de resultar una fuerza liberadora transformada e identificada tan solo con Dioniso, el dios filósofo, cerrando así el círculo abierto en su juventud.

II. LAS FUERZAS DIONISÍACAS EN “EL NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA”
Nietzsche tuvo una formación inicial humanística, clásica y filológica de una forma tan brillante que le permitió acceder a los 24 años a la Cátedra de Filología Clásica en la Universidad de Basilea. Este nombramiento fue sorprendente (Sánchez 2022, 12):
Nietzsche, que no había presentado ninguna tesis doctoral, recibió, sin embargo, de la Universidad de Leipzig el título de doctor, sobre la base de los trabajos publicados por él en la revista Rheinisches Museum, dirigida por su maestro Ritschl.
Esta circunstancia, motivó que quedara bajo el ojo crítico del resto de compañeros filólogos, viéndose en la tesitura de demostrar su valía en el puesto obtenido al escribir su primer libro.
De tal manera, su formación filológica y humanística clásicas, así como sus genuinas inquietudes le llevaron al conocimiento de las obras de arte y de la literatura griegas, lo que le permitió conocer de primera mano a todos los autores, tanto de las obras de arte como de las tragedias griegas, e influido por Schopenhauer “utiliza un esquema interpretativo de lo real (el de la cosa en sí y su apariencia fenoménica) claramente schopenhauerianos dentro de su comprensión de la tragedia” (Barrios 1993, 67) y por “un entusiasmo sin límites por la obra musical de Wagner” (Sánchez 2022, 13) escribió su primer libro, con el título El nacimiento de la tragedia. En su elaboración utilizó de base los “Escritos preparatorios de “El nacimiento de la tragedia”” reunidos con las denominaciones: “El drama musical griego”, “Sócrates y la tragedia” y “La visión dionisíaca del mundo”.
Ya desde el primer capítulo de su libro nos aproxima a la idea intuitiva de que el arte griego, debe su esplendor a la presencia del equilibrio entre lo apolíneo y lo dionisíaco, términos tomados del mundo de los dioses griegos que participan de su cultura, tanto en el arte como en la literatura griegas y representados por Apolo y Dioniso, ya que “esos dos instintos tan diferentes marchan uno al lado de otro, casi siempre en abierta discordia entre sí y excitándose mutuamente a dar a luz frutos nuevos y cada vez más vigorosos” (Nietzsche 2022a, 50).
En el capítulo segundo concreta de una forma más clara estos dos conceptos sobre los autores de las tragedias griegas (Nietzsche 2022a, 56-57):
Con respecto a esos estados artísticos inmediatos de la naturaleza todo artista es un “imitador”, y, ciertamente, o un artista apolíneo del sueño o un artista dionisíaco de la embriaguez, o en fin –como, por ejemplo, en la tragedia griega- a la vez un artista del sueño y un artista de la embriaguez.
Nietzsche dedicará sus esfuerzos a ir concretando la presencia tanto de lo apolíneo como lo dionisíaco en la literatura griega, representada en sus tragedias, como las dos fuerzas que promueven el equilibrio y que están presentes, dando fuerza y consistencia al ideario filosófico y metafísico del pensamiento de juventud, plasmado en su primer libro, justificando la magnificencia alcanzada por la literatura clásica griega desde su nacimiento con Homero hasta su agonía con Eurípides “Esa agonía de la tragedia se llama Eurípides” (Nietzsche, 2022b, 260), quedando demostrada la primera premisa planteada.

III. LAS FUERZAS DIONISÍACAS EN “ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA”
No obstante, esta dualidad de lo apolíneo y lo dionisíaco analizados en la primera premisa y que desarrolla Nietzsche en El nacimiento de la tragedia, no permanecerá inalterada, sino que evolucionará en su pensamiento como plasma posteriormente en la obra Así habló Zaratustra, que forma parte de la segunda premisa a analizar (Ruiz, 2023, 82):
La contraposición entre ambos principios desaparece a favor de lo dionisíaco porque en la transvaloración de los valores, que es el fin al que se dirige la filosofía de Nietzsche a partir del Zaratustra, de lo que se trata es de destruir los viejos valores decadentes para abrir el espacio a los nuevos valores vitales, y esto es precisamente lo que simboliza ahora Dioniso.
En la primera parte de la obra, ya se deja entrever la gran transvaloración de valores que se va a producir en las fuerzas dionisíacas, no ya como fuerzas de equilibrio entre lo apolíneo y lo dionisíaco como sucedía en su obra de juventud, sino como una fuerza única que muta, estando presente lo dionisíaco junto a lo apolíneo en el propio personaje a partir de los discursos de Zaratustra, al matizar “Os menciono tres transformaciones del espíritu” (Nietzsche 2019, 25), y que presagiaba la evolución de su pensamiento filosófico.
En este contexto, Dioniso “se convierte en un símbolo para la pasión sublimada y la afirmación de la vida. Su opuesto ya no es lo apolíneo sino el cristianismo” (De Santiago 2000, 136), ya que Dioniso se subroga lo apolíneo y se convierte en un dios filósofo identificado con Zaratustra, donde Nietzsche “se convierte ahora en el «último discípulo e iniciado del dios Dionisos»” (De Santiago 2000, 139), pasando Dioniso de ser un dios del arte a ser una recreación filosófica, que gravita entre las fuerzas dionisíacas y apolíneas.
A partir de ahí, Nietzsche desarrolla la figura del superhombre que “permanece apartado en su esfera propia, con su moral que no pretende predicar a los demás, no quiere tampoco dominar ni gobernar al rebaño” (Castillo 2006, 423), que constituye el diálogo de Zaratustra, culminado cuando “abandonó su caverna, ardiente y fuerte como un sol matinal que surge entre oscuras montañas” (Nietzsche 2019, 370), después de diez años preparándose, para iniciar su andadura convertido en el dios filósofo, a la vez que es el Dioniso identificado con la transvaloración de valores, incluso sin nombrarlo.
Resulta que “Zaratustra es una figura nueva a la que recurre Nietzsche para comunicarnos su pensamiento encerrado bajo Dioniso” (Burgos 1993, 79), donde Dioniso es un símbolo dominante en la primera obra analizada, aunque no se agota con ella y “va más lejos –madurando y adquiriendo sucesivamente mayor profundidad– hasta abarcar todo el conjunto del pensamiento de Niezsche” (Burgos 1993, 80) como queda demostrado en el análisis de esta segunda premisa.

IV. CONCLUSIONES
En los apartados anteriores se han comentado y seleccionado algunas intertextualidades correspondientes a las fuerzas dionisíacas y apolíneas de las obras de Nietzsche analizadas: de su juventud El nacimiento de la tragedia y de su madurez Así habló Zaratustra; complementado con los trabajos de otros autores contemporáneos.
En este último apartado se incluye una síntesis de las fuentes utilizadas, junto con las valoraciones necesarias para comprender el alcance y la entidad de las fuerzas dionisíacas y apolíneas presentes en el pensamiento nietzscheano, que forman parte de su filosofía metafísica.
En su etapa de juventud valoró el equilibrio que se daba entre lo dionisíaco y lo apolíneo para explicar la belleza observada en las obras de arte y las tragedias griegas, en una primera aproximación que se esperaba fuese filológica, pero que resultó ser filosófica con El nacimiento de la tragedia, sentando las bases de la filosofía metafísica nietzscheana, cumpliéndose la primera premisa planteada.
Las fuerzas dionisíacas fueron evolucionando y ya en su madurez, Nietzsche subrogaría lo apolíneo a lo dionisíaco haciendo una transvaloración de valores, resultando una fuerza creadora y vital que destruiría los viejos valores decadentes para que pudieran resurgir los nuevos valores identificados ahora con Dioniso, el dios filósofo, desarrollado de forma velada en Zaratustra, de su obra Así habló Zaratustra, cumpliéndose también la segunda premisa como se quería demostrar.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Barrios, M. (1993): Voluntad de lo trágico. El concepto nietzscheano de voluntad a partir de El Nacimiento de la tragedia, Sevilla: Editorial A. Er.
Burgos, E. (1993): “Jesús y “El Crucificado” en la filosofía de Nietzsche”, Revista de Filosofía, 1993, nº 6, pp. 79-87.
Castillo, I. (2006): “Nietzsche: La experiencia dionisíaca del mundo. Un comentario”, Endoxa: Series filosóficas, nº 21, pp. 413-426.
De Santiago, L. E. (2000): “La apolinización de Dionisos: La estética del último Nietzsche”, Universitas Philosophica 34-35, pp. 133-158.
Nietzsche, F. (2019): Así habló Zaratustra, (trad.) José Rafael Hernández Arias, Barcelona: RBA Libros, S. A.
Nietzsche, F. (2022a): El nacimiento de la tragedia, (trad.) Andrés Sánchez Pascual, Madrid: Alianza Editorial, S. A.
Nietzsche, F. (2022b): “Sócrates y la tragedia”. En: El nacimiento de la tragedia, (trad.) Andrés Sánchez Pascual, Madrid: Alianza Editorial, S. A.
Ruiz, C. (2023): “La evolución del concepto de lo dionisíaco en el pensamiento de Nietzsche”, Contrastes vol. XXVIII – Nº 1, pp. 81-99.
Sánchez, A. (2022): “Introducción”. En: Nietzsche, F. (2022) El nacimiento de la tragedia, Madrid: Alianza Editorial, S. A, pp. 9-27.