“TÁRREGA GUITAR MUSIC” DE BÁRBARA TETI

Por: Inma J. Ferrero

Fue a mediados de este año, 2024, cuando me enteré de que Bárbara Teti presentaba su nuevo CD dedicado a las obras de Tárrega. Estaba emocionada por la noticia. Bárbara tiene una interesante trayectoria como guitarrista y me ha acompañado en muchos de mis recitales de poesía. Primero empezó con el Maestro Agostino Valente obteniendo el diploma superior de guitarra estudiando en el Conservatorio “A. Casella” de L’Aquila y en el Conservatorio “G. Verdi” de Milán. También ha participado como miembro activo en clases magistrales con Goran Listes, Pepe Romero y David Russell. Continuó su perfeccionamiento con el Maestro Eliot Fisk siguiendo diversos cursos en Italia, entre ellos en la Accademia Chigiana de Siena, en España en Austria y con el Maestro José Luis Rodrigo en el Conservatorio Superior de Música de Madrid gracias a una beca Erasmus ofrecida por el Conservatorio de Milán. Ha participado en conciertos como solista, con orquestas y varios grupos de cámara, interpretando sobre todo música española y de los siglos XIX y XX en diversas ciudades de Italia, España, Austria, Alemania. Ha estrenado un concierto para guitarra y orquesta de cuerda “Bosco Sacro” que le ha dedicado el compositor Federico Biscione. Ha conseguido la licenciatura en Filosofía y Letras con la tesis de antropología-musical de la música popular de Brasil, después de haber pasado seis meses en Rio de Janeiro gracias a una beca ofrecida por la Universidad Estatal de L’Aquila.

Ha realizado un Máster de Profesorado en la Universidad Complutense de Madrid y un Máster Universitario en Interpretación e Investigación musical en la Universidad Internacional de Valencia.

Es finalista en varios concursos internacionales como el de Birmingham, Londres, Viena y Berlin.

En la actualidad vive en Madrid y además de la actividad como interprete se dedica a la enseñanza siendo profesora de guitarra en el Conservatorio Torroba y Victoria de los Ángeles de Madrid.

De repente me encontré a mí misma sentada con una auténtica historia viva de la guitarra. Le hice algunas preguntas y ésto es lo que me comentó:

R.P: Cuéntanos, ¿De dónde nace tu interés por la música y explícanos? ¿Por qué se da tu conexión con la guitarra?

B.T: Desde pequeña siempre me ha gustado la música, especialmente la música clásica, que escuchaba en los discos que teníamos en casa. Recuerdo cuando vi un pentagrama con unas notas por primera vez, podía tener ocho años, me parecía fascinante y mi deseo más grande era aprender a descifrar ese lenguaje.

Al principio me hubiera gustado tocar el piano, tenía un teclado en casa, pero era un instrumento muy caro y mi madre me dijo que sería mejor empezar con la guitarra ya que por casualidad un verano me habían prestado una y aprendí tan rápidamente a tocar unos acordes que ella pensó que merecía la pena apuntarme a clase.

R.P: ¿Cómo fue tu inicio musical?

B.T: Me hubiera gustado mucho estudiar en el Conservatorio de mi ciudad, L’Aquila, pero las clases habían empezado ya y nos recomendaron una Academia de guitarra donde daban clase dos muy buenos profesores  que además tenían una importante actividad concertística en dúo.

Cuando empecé, como todo el mundo, creía que con la guitarra solo se tocaban acordes y se cantaba. Poco a poco descubrí un mundo: se podía tocar también música clásica y a medida que iba aprendiendo las primeras piezas, ya no me importaba no estudiar piano porque me enamoré del sonido de mi instrumento, tan íntimo y peculiar.

Más adelante conseguí entrar en el Conservatorio, otro mundo increíble para mi. Además estaba ubicado en un antiguo monasterio.Me gustaba que desde el patio se escucharan los sonidos de varios instrumentos y me encantaba tener amigos que tocaban el arpa, el órgano, percusión y poder oírles ensayar y descubrir otro repertorio y ver de cerca cómo “funcionaban” otros instrumentos.

R.P: De todos tus profesores, ¿cuáles fueron los que más te influenciaron? ¿Y en cuanto a su influencia musical?

B.T: De todos los profesores que he tenido el más importante es Agostino Valente, que sigue dándome consejos no solo en el campo musical. Es difícil de entender la relación que se establece entre el discípulo y el maestro (así se suele llamar al profesor entre músicos), sin vivirla. Se pasan muchos años juntos compartiendo una pasión, o mejor dicho, confiando en una persona que te transmite la suya y se convierte en parte de tu vida. En esa época Agostino tenía la Academia, en la que yo seguía estudiando a pesar de estar en el Conservatorio, porque se había convertido en un lugar de encuentro, además de estudio, donde nos reuníamos por la tarde, varios alumnos para tocar juntos, para charlar, para ir a merendar, como recordaba justo este verano con uno de mis amigos. Ibamos a dar conciertos en todos los pueblos posibles, organizábamos festivales para tocar… Se crearon amistades que después de más de 30 años siguen vivas.

R.P: La guitarra en España es lo clásico y lo popular, lo moderno y lo tradicional. De estas opciones, ¿con cuál te quedas y por qué? 

B.T: En España la guitarra es también el flamenco, un tipo de música que me apasiona. Yo me quedo con la clásica, o española, como se llama en España, simplemente porque tocar bien dos técnicas diferentes, como el clásico y flamenco no es posible. La guitarra flamenca requiere un cuidado diferente de las uñas, tiene muchos tipos de rasgueados, la interpretación es más libre y el sonido que se saca no tiene nada que ver el uno con el otro.

Si hubiera nacido en España lo mismo me hubiera dedicado al flamenco.

R.P: ¿Dónde crees que se encamina ahora la guitarra clásica en términos de su aceptación como un instrumento musical serio?

B.T: Las personas que no conocen la guitarra clásica, creen lo mismo que creía yo antes de estudiar seriamente. Nadie se imagina que se puedan tocar autores como Bach. De hecho, cuando un adulto empieza a estudiar guitarra a veces piensa que no tiene que aprender la leer música. Creo que se debería conocer mejor el instrumento para poder apreciarlo como se merece. Según una frase que se atribuye al gran guitarrista Andrés Segovia, la guitarra es el instrumento más fácil de tocar mal y más difícil de tocar bien.

R.P: Eres profesora de guitarra ¿Qué es lo que intentas transmitir a tus alumnos cuando das clases?

B.T: Decía Platón que la cabeza no se abre si antes no se abre el corazón. Así que lo primero que intento trasmitir es mi pasión y mi amor para la guitarra. Les toco trocitos de obras, dependiendo del nivel de cada uno, para que puedan apreciar y escuchar cuántas piezas bonitas pueden aprender, cuántos sonidos diferentes se pueden sacar o los diversos tipos de percusión que se pueden producir, todos aspectos que llaman muchos la atención, sobre todo a los niños y así se divierten a la vez que van descubriendo curiosidades sobre la guitarra.

Después, cuando un alumno lleva unos años tocando, las clases se basan más en la técnica y en los últimos años de estudios se trabaja sobre todo lo que es la interpretación. En este momento es muy importante el ejemplo que se le da, ya que al principio es normal que el alumno imite a su profesor.

Otra cosa que se transmite estudiando seriamente un instrumento es tener mucha paciencia,  ensayar todos los días, y que cuánto más esfuerzo se ponga en conseguir algo, más interesante va a ser el resultado.  

Es un trabajo que requiere dedicación, pasión, y mucha energía, pero produce gran satisfacción observar los frutos de cada alumno, cada uno según sus posibilidades y descubrir que el esfuerzo siempre merece la pena.

R.P: Actualmente estás presentando un CD, que lleva por nombre “Tárrega Guitar Music”. ¿Qué significa para ti interpretar a Tárrega? 

B.T: Mi idea era la de hacer un integral sobre un autor en vez de un disco con varios autores y Tárrega es un compositor emblemático para la guitarra. Ha escrito obras preciosas, la más famosa “Recuerdos de la Alhambra”, fue una de las primeras piezas que estudié de él y que me hace recordar mis comienzos con la guitarra, las primeras audiciones. Por eso le tengo mucho cariño.

R.P: A la hora de interpretar las piezas de este CD, ¿Buscas inspiración fuera del mundo de la guitarra clásica?

B.T: Todos los músicos se deberían inspirar en artistas que están fuera de lo que es su mundo. Escuchar a los mejores intérpretes de los grandes compositores es, además de un placer, una fuente de inspiración. Se pueden comparar entre ellos, se puede ver cómo ha cambiado la interpretación de la misma pieza después de muchos años, los interpretes que son más tradicionales y los que prefieren añadir un toque personal, sobre todo en las piezas del repertorio clásico. Una persona que no ha estudiado música se puede preguntar cómo esto sea posible: hay unas notas escritas y hay que tocarlas. Efectivamente es así, pero también hay indicaciones del compositor sobre el carácter de la pieza, que son “indicativas”, por eso varían en cada interprete y por eso podemos escuchar mil veces una sinfonía de Beethoven sin aburrirnos, porque cada orquesta y cada director la interpreta a su manera, dentro de ciertos limites, naturalmente. Como sucede con la poesía que puede ser interpretada por cada lector de manera diferente.

Con estas premisas, yo he encontrado mi interpretación de Tárrega que he construido durante años, según mi experiencia y mi manera de ver esa música. A lo mejor en unos años la cambie, como cambiare yo, pero eso me permite seguir buscando y analizando los pequeños detalles que hacen cada pieza distinta y especial.

R.P: Con tu CD en la mano y a la espera de presentarlo ¿Qué esperas de esta experiencia?

B.T: Me gustaría transmitir la ilusión, la emoción y la pasión con la que he realizado este trabajo. Me gustaría que, al menos en algunos momentos, quien lo escuche se emocione conmigo, que se interese por la guitarra clásica, si no la conoce, y que disfrute de un autor que ha escrito muchas obras preciosas para mi instrumento.

R.P: Si hubiera un principio básico que pudieras inculcar en un guitarrista, o en un músico, o en una persona, ¿cuál sería?

B.T: Todo lo que es la cultura “clásica” en general, para ser apreciada requiere estudio, esfuerzo, tiempo, pero luego, adquirir ciertos conocimiento compensa ampliamente ese esfuerzo a través de las emociones que se pueden sentir. Descubrir esto desde niño es una suerte, casi no te das cuenta, aunque aprenderlo de adulto puede ser muy emocionante al ser uno más consciente.

Es como descubrir el mar o la nieve a los 30 años por primera vez o haberlos conocido desde niño.

R.P: Muchas gracias por tu amabilidad y por haber respondido estas preguntas para Proverso.


Imágenes de: Inés Poveda

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *