EL PESO DE LA POESÍA

Por: Kepa Murua

Se trata de no evitar lo que no se puede ver y de no construir mensajes que no dicen nada o intentar tener la razón en cosas que no tienen importancia. Podríamos olvidarnos de dar consejos que nadie nos ha solicitado, vivir aparentemente como si no fuera con nosotros. Se trata, también, de tener fuerzas para creer en lo que sentimos y dudamos al mismo tiempo, de mirar al frente, aunque vayamos sin rumbo. De bañarnos en la soledad como se mete uno en el mar, desnudo y sin prisa. De respirar con tranquilidad como si fuéramos lo que ven los otros. Se trata de sentir la oscuridad pensando que con los días llegará la luz de la misma manera en la que caen, uno tras otro, en el transcurso del tiempo y la memoria, esos días como si nada, cuando huyendo del fatalismo no nos olvidamos de la poesía. Y entonces tú me dirás: no necesitamos de cosas inciertas que nos confundan todavía más, tal como están las cosas. No queremos experimentar con sensaciones que nos dañan, ni pretendemos emplear palabras que luego nos despierten y ataquen dormidos. Necesitamos otras cosas: que se aclaren los sueños y se clarifiquen los pensamientos en torno a lo que sentimos, vemos y vivimos. Solo así se vence a la soledad. Solo así tiene peso la poesía.

Un comentario en «EL PESO DE LA POESÍA»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *