Por: José María Herranz Contreras

David Lerma Martínez es un joven autor madrileño que aunque se prodiga por las tertulias literarias, no lo hace en absoluto en sus publicaciones, ya que es extremadamente pulcro y exigente con su escritura antes de entregar al público una nueva obra, lo cual es de agradecer, y vaya si se nota. Se trata de su segunda novela publicada, en esta ocasión por ediciones Agoeiro. Yo tuve la suerte y el privilegio de editarle su primera (“Tiempo de orquídeas”, colección Growl Narrativa, Poeta de Cabra), que me pareció buenísima. Pero tengo que decir que esta segunda, “Septiembre”, supera con creces todo lo que un lector puede esperar.
Comencé a leerlo hace un par de semanas y el texto me agarró de la solapa sin contemplaciones –o del pescuezo, que igual da- tal como haría Sacra con Mateo (dos de los personajes de la narración), me arrastró sin piedad por toda la trama y me tuvo en un estado permanente de obsesión y angustia hasta que pude llegar al desenlace del último capítulo para poder respirar tranquilo y comprender en su totalidad la historia. Inequívocamente, esta es la prueba de que estamos ante una novela en mayúsculas.
He utilizado el lema “Poder, corrupción y mentiras” como título de mi reseña porque viene como anillo al dedo el título del disco de los 80 del grupo inglés New Order para ilustrar con precisión lo que es “Septiembre”.
No deja de admirarme cómo es posible que un buen chico como David Lerma, con ese aspecto de no haber roto un plato en su vida y las presentaciones que hasta la fecha ha realizado del libro manifestando una integridad moral y un profundo amor a la existencia y a las personas, sea capaz de bucear tan profundamente en el alma humana y comprender tan perfectamente nuestras conductas más mezquinas y viles que con frecuencia nos llevan a cometer los actos más deplorables y patéticos, haciéndonos tanto daño a nosotros mismos y a los demás. Pues debe ser exactamente por eso: porque David Lerma es un gran psicólogo y un perfecto observador de la conducta humana y la realidad social.
Igualmente me resulta inconcebible que este libro no haya sido premiado, pese a haberlo presentado el autor hace uno o dos años a uno de los premios más prestigiosos del país que se convocan sobre novela negra. Dice mucho acerca del criterio de los jurados, o bien de que en nuestro país existen escritores de este género que son absolutamente fantásticos. Da igual, para mí este libro ya está premiado, y aporto mi pequeña visión en esta crítica que espero sirva para animar a los lectores a comprar y devorar este libro, como yo he hecho, porque van a aprender mucho.
No voy a desvelar nada de la trama, no haré spoiler. Para eso deben ustedes leerlo. Sólo aportaré algunas pinceladas que me parecen esenciales. La historia orbita en torno a dos perdedores, Sacra y Mateo, cuñados, especialmente uno de ellos mucho más cuñado que el otro, en su peor sentido peyorativo. La trama se desarrolla en Madrid, en 2012, en la gran crisis económica posterior al estallido de la burbuja inmobiliaria y las subprime, y ambos personajes son víctimas de dicha crisis. Dos perdedores que ilustran bastante bien dos tipos de personas que todos conocemos: uno de ellos con ínfulas de liderazgo, demagogo, pesimista, amargado y (futuro) votante de ultraderecha pocos años después (seguramente). El otro, mejor persona en todos los aspectos, menos ambicioso, pero con una triste vida personal. Ambos, perdedores por la crueldad de un sistema cada vez más deshumanizado y asfixiante, y víctimas del mismo.
La acción se desenvuelve con gran intensidad, y de forma imprevista durante la primera mitad de la novela, donde se van desvelando los detalles de la pareja y sus respectivas vidas y familias, así como sus anhelos por salir de la situación de extrema desesperación y miseria personal y económica en que se encuentran; en esos detalles uno no deja de sonreír –y carcajearse a veces- con una buena dosis de amargura por el sarcasmo con que la vida y la circunstancias se ceban con todo quisqui.
Pero aproximadamente a la mitad del libro, todo da un giro inesperado y la acción se torna mucho más truculenta y terrible, no dejando apenas lugar para el esperpento y el sarcasmo anteriores, sino más bien el lector queda atrapado en una vorágine de acontecimientos imprevistos que tuercen todo siempre hacia el peor lado y el más peligroso. Y es aquí donde uno va descubriendo las miserias y las atrocidades de una sociedad –la española, nada diferente a la de otro cualquier país europeo o incluso la de los Estados Unidos, y quizá tampoco diferente a la de países menos afortunados económicamente- que se ha convertido en un auténtico circo de los horrores, manifestando la absoluta falta de valores éticos y desvelando al lector que tras la crisis económica se encuentra esta otra crisis mucho más profunda y grave, la de los valores destruidos, la inmoralidad más rampante, la deshumanización y el culto obsceno al dinero que nos ha transformado a todos en unos monstruos, sea cual sea la clase social a la que pertenezcamos. Ese es el gran hallazgo de esta novela, el que de verdad nos sorprende y provoca nuestro asco y compasión a partes iguales.
Con el corazón en vilo, la trama continúa, y el otro gran hallazgo de este texto es que nunca es hacia donde nos imaginamos, nunca suceden las cosas como estamos pensando que van a suceder –al igual que piensan Sacra y Mateo-, porque al final todo sucede como menos nos esperábamos.
Y así continúa todo hasta el final, momento de clímax angustioso, donde con otra vuelta de tuerca la trama se resuelve magistralmente de otra forma que tampoco sospechábamos, y que aunque aporta algo de esperanza inicialmente a medida que el horror se va desmadejando y algo de sosiego se va recuperando, nos damos cuenta de que no, que no va a ser así por lo que en seguida descubriremos. En ese punto final, reflexionamos acerca de la triste condición humana, la compasión que merecemos y lo tristemente víctimas que somos de las circunstancias y de la sociedad, en igual medida que somos verdugos de otros y a veces de nosotros mismos.
Como el movimiento se demuestra andando, incluiré un pequeño fragmento de la novela para que ustedes comprueben la enorme ternura y desesperación que sus personajes albergan:
“…Desde entonces Mateo concentró sus energías en preparar a fondo la conversación que mantendría con su hijo. La que llevaba años postergando y que al fin tendría lugar. La que podría servir, pensó eufórico, para que limasen asperezas y empezaran a conocerse. Porque nunca es tarde para conocerse. Saber si Francis coleccionó conchas, llaveros, chapas, alguna vez. Si quiso volar cometas. Reparar el histórico error de bulto que había cometido, que no fue otro que no hablar con él. No hablarle del frío. Del vértigo. Del amor. Como, si de haberlo hecho, hubiese podido evitarle todo eso. No hablarle de las tormentas. Decirle que era una equivocación temerlas porque las tormentas eran poco más que nubes que peregrinaban por el firmamento, que se agrupaban y desagrupaban para dejar su sitio al sol. Igual que haría aquella, que descollaba ahora en la lejanía como un presagio de fin del mundo, en cuanto la noche se retirara y el día amaneciese y el sol sacase de la oscuridad los cepos y los recovecos que se camuflaban bajo las sombras. Que tenerlas miedo era la forma de darles carta blanca para que se instalasen perennemente sobre nuestras cabezas, donde planearían como buitres aguardando la oportunidad de colarse dentro… No explicarle que la clase de personas con las que iba a tener que enfrentarse se dividirían en dos, las que construían, y las que destruían lo que construían las otras.”
No me extiendo más. David Lerma, que pertenece al primer tipo de personas, ha construido una novela redonda, impecable, merecedora de un premio mejor que el que no ha conseguido a juicio de un injusto jurado que no tuvo a bien concedérselo: tener muchos lectores. Compren el libro, por favor, y disfrútenlo como yo lo he hecho. Me lo agradecerán.

SEPTIEMBRE
AUTOR: David Lerma Martínez.
EDITORIAL: Ediciones Agoeiro. Narrativa.
Madrid, junio 2023.
ISBN: 978-84-126495-9-8