El Atril
Por: Isabel Rezmo
José María Tamayo Serrano (Úbeda, 1888-Jaén, 1975) fue pintor de cámara de Alfonso XIII. Cursó estudios primarios en Úbeda y Jaén. Tras el bachillerato, que hizo en la capital, fue pensionado por la Diputación Provincial para realizar sus estudios en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. Terminó la carrera con brillantes calificaciones en 1914. Después obtuvo, por oposición, el Premio Extraordinario de Colorido y Composición. En 1917 ingresó por oposición en el Estado como profesor de Dibujo Artístico. Pese a otras opciones se quedó en Jaén como profesor de Dibujo de la Escuela Normal. También impartió clases en la Escuela Pericial de Comercio y en la Escuela de Artes y Oficios. Obtuvo, durante su vida docente y artística, importantes premios y galardones. “Blanco y Negro” le concedió un premio de portadas. En sus años jóvenes la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid le concedió la Medalla de Oro del Concurso de Bellas Artes.
Con Alfonso XIII, al que hizo uno de sus mejores retratos, José María Tamayo tuvo cierta amistad y el monarca lo distinguió con su afecto y admiración. Una vez terminado, el cuadro fue expuesto en Madrid y recibió la visita de la Reina María Cristina que posó ante él, teniendo un gran repercusión en la prensa nacional y extranjera y un enorme éxito de crítica.
No sólo fue un magnífico retratista sino que también destacó como excepcional paisajista. Otros encargos privados fueron “Retrato de Luisa Pulpón González”, “Retrato de Isabel Madrid Cobo” y “Retrato de Doña Nicolasa Díaz Madrid”, entre otros.
Miró la tierra de Jaén con un cariño peculiar y supo eternizar sus hermosos y variados paisajes. Entre sus cuadros más celebrados están Jaén, visto desde el Almendral, Desgranando maíz, Ermita andaluza,Nostalgias y Por tierras del Condado. El Grupo Literario “El Olivo“ lo distinguió con el “Olivo de Oro“ en 1974.

Pintor de altos vuelos, además de la calidad de su producción, su carácter de hombre de su tiempo, en continua apuesta por la vanguardia figurativa enmarcada dentro de los cánones de un clasicismo al que nunca renunció.
De ahí que su impronta artística se marcase a fuego en muchos discípulos, aquellos que en la Escuela de Artes y Oficios (que hoy lleva el nombre de Escuela de Arte “José Nogué”.) de la capital jienense, pasaron por sus clases y, privilegiados, asumieran de sus propios labios y manos las enseñanzas del maestro Tamayo.
La Guerra Civil le sorprendió en Madrid, donde se había desplazado con su hijo. No regresó a Jaén y consiguió que la familia acudiera a Madrid para afrontar todos unidos esos difíciles momentos. En estos tres años llenos de incertidumbres se vio obligado a abandonar la paleta y a sobrevivir mediante diversas ocupaciones. Una vez terminada la contienda regreso a Jaén, donde recuperó de nuevo sus actividades artísticas y docentes. Nuevamente se sucedieron encargos que le otorgaron esperanza en recobrar gran parte del tiempo perdido. Pasados algunos años consiguió formar parte del profesorado de la Escuela de Artes y Oficios y del Instituto de Enseñanza media de Jaén.
Soberbio retratista, ahí está el que realizó como indicamos, a Alfonso XIII para el Consistorio ubetense; en la capital del mar de olivos, Jaén, por poner algún ejemplo, el entrañable retrato del no menos recordado sacerdote Cándido Carpio Ruiz, que se conserva en la parroquia del Sagrario de la Catedral, o La bacante griega del Museo Provincial, en cuyos fondos figura igualmente Un rincón de Jaén.
Ha sido durante tres décadas el pintor más reconocido de la provincia.
Obtuvo durante su vida docente y artística importantes premios y galardones. Por ejemplo, Blanco y Negro le concedió un premio de portadas. Y en sus años jóvenes la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid le concedió la Medalla de Oro del Concurso de Bellas Artes.

Tamayo se encuentra en el Diccionario de Pintores y Escultores Españoles del Siglo XX. Forum Artis 1994 Tomo 14 paginas 4145/46
El Arte de Jaén en el Siglo XX. Por Manuel Urbano. Edita Andalucia. Granada 1989.
El artista ubetense Antonio Espadas, escribió en 2019 el libro Vida y obra pictórica del ubetense José María Tamayo Serrano 1888-1975.
Creador de escenas de cuidada composición, como Mercado de ganados de Jaén, y tipos de moderna factura, como Campesina o Manola; y buen paisajista, género en el que mostró siempre su amor por la luz y la naturaleza, como queda patente en las vistas de Jaén seleccionadas, aunque Tamayo no fue un artista asiduo a exposiciones o certámenes, a lo largo de su dilatada carrera profesional organizó diversas muestras individuales (en Madrid, Jaén y Valladolid) y concurrió a varias colectivas de relevancia, como las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1924, donde expuso Nostalgia y Ermita andaluza –dos obras que ahora se pueden volver a disfrutar reunidas–, y 1926; la Exposición de Otoño organizada en 1932 en Madrid; o la Exposición de Primavera organizada por el Ateneo de Sevilla en 1966.
En 1971, y tras el fallecimiento de su esposa, Tamayo se instaló en la ciudad de Almería junto a su hijo Francisco. Allí residió vinculado al ambiente artístico almeriense, participó en las exposiciones organizadas y se relacionó con artistas como Miguel Cantón Checa. El 28 de octubre de 1975 José María Tamayo falleció en Almería,aunque está enterrado en el Cementerio de San Eufrasio de Jaén.
En 2006 el Ayuntamiento de Jaén en pleno, acordó a petición de su hijo Juan Antonio, poner su nombre a una de las calles del barrio del Boulevard, por encontrarse en esta zona las calles dedicadas a los artistas jiennenses más ilustres.
«Academia», dibujo de José María Tamayo Colección Instituto de Estudios Giennenses.
Os dejo un vídeo publicado por Canal Sur en 2017 sobre una exposición de su obra por La Real Sociedad Económica de Amigos del País (Jaén) ; la muestra «Dibujos y pinturas» de José María Tamayo Serrano.