Por: José Marcos Gamarra

“Play me I’m Yours”, es un proyecto musical que nació en Inglaterra gracias a la idea del artista Luke Jerram y que consiste en poner pianos en la calle en diferentes lugares. Esta idea, ha llevado más de dos mil pianos a muchas ciudades, desde Tokio pasando por España y llegando hasta Nueva York. Lima, ciudad donde vivo, no ha sido la excepción y fue testigo de este experimento en el año 2014. La idea no era diferente a la expuesta en otros sitios del mundo. Se colocaron veinte pianos en toda la ciudad, intervenidos por artistas con diferentes motivos para hacerlos más coloridos y con ello acercar este instrumento polifónico.
Sin duda alguna, fue una muy interesante, pues salió de lo cotidiano y habitual, ya que no es común encontrar un piano en plena calle, aunque hubiera sido de mayor utilidad a mi parecer, si este simpático experimento hubiera tenido una medición a través de un diseño experimental específico bivariable o multivariable con un grupo control y otro experimental buscando analizar más de cerca un fenómeno musical – social lleno de tanto contenido.
Sin embargo, recuerdo haber hecho un registro muy interesante del evento en el año 2014 aprovechando mis conocimientos de psicología para luego analizar los resultados.
A continuación, les contaré lo que pude concluir luego de la observación, el registro y el análisis que hice como mucho juicio, tomando en cuenta algunas variables como la edad del participante, los elementos musicales activados, la textura musical de la obra interpretada y la respuesta del público.
Los pianos callejeros “Play me i’m yours”, estuvieron en parques y centros comerciales desde el 12 de abril hasta el domingo 24 de mayo en Lima del año 2014. Utilice la observación y registro durante tres horas (una por la mañana y dos de noche) en cuatro pianos situados en los distritos de Miraflores, San Isidro, Barranco, durante tres días a la semana por más de un mes.

OBSERVACIÓN DE LAS EDADES EN LA ACTIVACIÓN DEL PIANO
Fueron los niños quienes se vinculan más con el instrumento, acercándose sin miedo y buscando jugar con el piano.
En segundo lugar, estaban los jóvenes y adultos con un aprendizaje mínimo buscando despertar los sonidos de manera tímida.
En tercer lugar, estaban los jóvenes y adultos con un aprendizaje mucho más específico en el instrumento, brindando un mini recital o simplemente tocando un tema para el deleite del público.
ACTIVACIÓN DE LOS ELEMENTOS MUSICALES
El primer elemento musical activado fue el ritmo. Esto se evidenció cuando los niños sin ninguna preparación musical percutían el piano de manera alegre. Esto señaló, además, que este elemento, el ritmo, es el más instintivo dentro del humano.
El segundo elemento fue la melodía, generalmente activada con una sola mano en el teclado del piano por jóvenes o adultos que tenían conocimiento de la línea melódica de un tema de su preferencia. Este elemento es de carácter emotivo y su centro se encuentra en el sistema límbico.
El tercer elemento fue la armonía. Por lo general eran jóvenes y adultos con un dominio prolijo de acordes que buscaban acompañarse al cantar o al establecer una melodía con acompañamiento. Este elemento es de orden racional y su ubicación dentro está en la neo corteza.
LAS TEXTURAS MÁS INTERPRETADAS
La textura musical (tejido sonoro) más aceptada por el público fue la melodía con acompañamiento.
La segunda en aceptación fue la homofonía (homorritmia). Cabe mencionar y destacar la admiración hacia la polifonía (múltiples voces) aunque pocas veces escuche esta textura, la respuesta siempre fue la misma —silencio total y luego un aplauso caluroso. Esta textura es muy compleja y pocas veces fue expuesta en los lugares donde estuve presente. Yo mismo tuve que tocar en dos oportunidades preludios de Bach para ver la respuesta del público.
La textura menos comprendida fue la heterofonía.
EL PÚBLICO Y SU RESPUESTA
La respuesta del público siempre fue medida con la intensidad y duración del aplauso.
La respuesta siempre fue 100% emotiva y positiva ante un tema muy conocido o muy popular.
El tema conocido recibió mucha mayor acogida, sobre todo si era interpretado luego de un tema no muy popular. Muchas veces el pianista era invitado a seguir tocando para el deleite del público luego del tema conocido.
El público se mostró muy poco contemplativo con aquellas obras cuya información era poco clara.

LOS AUTORES Y SUS OBRAS
Los temas más requeridos siempre fueron populares o conocidos. Los valses criollos, tangos, boleros, temas de película y hits clásicos eran los preferidos del público.
Dentro de los autores académicos con mayor aceptación encontré a Strauss, Chopin, Mozart, Bach, Piazzolla entre otros grandes.
Entre los autores populares con mayor aceptación podemos citar a Chabuca Granda, Henry Mancini, Beatles, Eagles, Air Supply entre otros.
Liszt tuvo un tibio recibimiento. Cabe mencionar que la gente no está muy acostumbrada a ver el Vals Mephisto como un vals solo por citar un ejemplo.
EN CONCLUSIÓN
La música puede evocar diferentes emociones traducidas de manera más específica a sentimientos. Son los niños quienes, llenos de una bella curiosidad, anhelan descubrir las bondades de esta hermosa y prolija caja musical llamada piano que puede hacer música. El adulto, por su parte, intelectualiza mucho el acercamiento al instrumento producto de cómo trabaja su cerebro. La melodía es el verdadero hilo conductor para llamar la atención y poder crear un vínculo con el público. Este experimento es quizá un verdadero punto de inicio para evidenciar como un instrumento (el piano) cambia una circunstancia, un momento dentro del ambiente gracias a su poder de transformación, e interviene a quienes lo rodean gracias a su poder de hablar sin palabras.
Cabe destacar, dentro de este hermoso experimento, la elección del piano como instrumento transformador, ya que su disposición espacial ayuda a la evocación y exploración de los sonidos. Tal vez en un futuro, en donde haya más conocimiento musical, al menos en Lima, el Vals Mephisto o las Visiones Fugitivas de Prokofiev tengan tanta aceptación como el “Claro de Luna” o “Para Elisa” de Beethoven. Esperemos.